Puente del Ruso

   El viernes a última hora se alinean los planetas y se me queda el sábado libre. El plan, pasar una mañana en Astun. En previsión de la cantidad de gente que va a ver, decido cargar le forfait on-line. Por estas cosas que ocurren de vez en cuando, tras esperar media hora para coger el primer telesilla la tarjeta no funciona, y tengo que esperar otra hora en la cola de la taquilla, para que me solucionen el problema. Encima la amable señorita me dice que tienen problemas con las cargas on-line, y que aunque ya lo ha activado, tengo que esperar un rato para que se active. JA!!!

   De mala leche me marcho. El precio del forfait sigue siendo integro pese a que la silla de Truchas continua sin funcionar y que en la estación se respira ese ambiente de puente con el nerviosismo y la mala educación de las personas (tanto trabajadores de la estación como sobre todo de la gente que acude a ella). He perdido entre una cosa y la otra media mañana. Así que focas y para Truchas. Me hago dos subidas a bloque con la patata en la boca que me viene genial para desahogarme un poco y además disfruto de Truchas en soledad y a placer mientras veo la estación aglomerada. No saco ni una foto...

   Finalmente para concluir la mañana, me subo a La Raca y hago mi primer Ruso...

Día despejado desde La Raca.

   Nunca antes había hecho esta bajada, y como tampoco tenía mucha info me vino bien ver que ya había bajado alguien.

   Al principio un poco desilusionado ya que la nieve está muy venteada hasta que llegas a la cornisa.

La famosa cornisa.

   A partir de aquí una cantidad increíble de POW

Empiezo a sonreir y no paro...

   Una vez bajada la amplia pala se ve el bosque en el que hay que adentrarse.

Comienza el bosque.

   Hay muchas lineas hechas pero tambien mucho terreno de juego.

Vistazo arriba al entrada del bosque.

Deja volar tu imaginación.

Pinos y Candanchu.

   La sensaciones son indescriptibles, es difícil encontrar palabras para definir como vas flotando sobre un polvo que solo has visto en películas, entre pinos, saltos, formas redondeadas. Todo se vuelve blando, es como si te vieses desde fuera disfrutar a ti mismo mientras toneladas de nieve polvo golpean en tus piernas tronco y cara al paso de lo esquis. Un placer de Dioses en nuestro querido pirineo.

Que maravilla!!

Foto sacada desde la carretera.

   Lástima no haber tenido compañía esta vez, me encantaría conservar una foto flotando en mitad de este polvo. Hubiese sido un fantástico recuerdo, aunque sinceramente creo que tardare muchos años en olvidar esta bajada. Al menos a la noche, ya de vuelta en Gasteiz todavía me sorprendía a mi mismo sonriendo por lo vivido a la mañana.