El martes tengo libre, dan buena meteo así que hay que buscar un plan. Debido a las lluvias y viento sur queda poca nieve en las cotas bajas por lo que hay que buscar altura y orientaciones sur para intentar garantizar buena nieve en la bajada. Tras mucho divagar, me inclino por Infiernos y su Corredor Sur.
Una ascensión larga que me vendrá bien para bajar los excesos en cenas de trabajo y amigos de estos últimos días.
El plan era salir algo más tarde, pero me despierto y no puedo dormir así que salgo suave suave con las primeras luces del día.
Saliendo del bosque el sol ya empieza a hacer de las suyas en las cimas.
Una vez salgo del bosque me pongo los crampones y no me los quito en toda la subida. La nieve está como una piedra. Si lo se me dejo las pieles y las cuchillas en la furgo.
Vaya destrozo ha hecho el agua.
La temperatura es bastante baja, y se agradece el sol en la espalda.
Vistazo atrás.
Poco a poco voy cogiendo altura y me acerco al collado de Pondiellos. Me extraña no ver a nadie dirigirse al Garmo Negro. Creí que coincidiría con alguien.
Ánimo!! Ya queda poco para el collado.
Según me acerco al collado, el viento azota con fuerza. Intento buscar un abrigo entre las rocas para comer algo, pero es imposible. Menudo huracán que arrastra nieve del Garmo. Parece que está nevando asi que paso a la otra vertiente. Pero sigue igual, además al estar a la sombra se nota más todavía que el día engaña y la temperatura es más baja de lo que parece.
Ya veo el objetivo del día
Avanzo hasta la base del corredor y encuentro un cómodo abrigo en la barrera rocosa que le precede donde me tomo un respiro.
Día espectacular.
Mar de nubes al fondo.
Justo antes de entrar al corredor.
A pesar de que al corredor lleva ya unas horas dándole el sol está todo muy duro, ideal para subir, pero me hace dudar de como lo voy a encontrar en la bajada... A ver si hay suerte y transforma.
Subo hasta la cima central, y ya que tengo que esperar un rato si quiero que el sol haga su trabajo en el corredor decido hacer las otras dos cimas. No hay quien pare del viento que hace.
Preciosa arista hasta la cima NW
Se aprecia hasta la curvatura en el horizonte de lo despejado que está el día.
Cima NW
Cima, arista y yo.
Regreso hasta la cima central, bajo al collado y hago la cima SE que me queda. Vuelta al collado y espero 1h para que el sol siga trabajando. Me calzo los esquís y enfilo el corredor. En la zona alta hay una rica nieve polvo.
Metido en el corredor.
A pesar de la espera la nieve no transforma. Lo que en la parte superior era polvo rico, pasa a nieve dura y luego en la zona más tiesa y estrecha a nieve durisima como la roca. Lo que me hace bajar con el culo más prieto que el de una gallina. Bastante delicado el tema.
Esta todo duro duro...
Apenas se aprecia alguna marca de los esquís.
Fuera del corredor la cosa no mejora en cuanto a la calidad de la nieve, sigue estando dura así que ya que no se deja gozar, procuro perder la menor cantidad de metros de camino al collado.
En el collado me tomo un respiro y cargo pilas para el descenso que espero que esté en mejores condiciones.
Descanso en el collado de Pondiellos.
Me las prometía muy felices pensando en rica nieve papa en el descenso, pero todo se queda en eso, en ilusiones. Pese a que el sol le ha dado durante todo el día parece que las bajas temperaturas no le han dejado hacer su trabajo, porque esta como el mármol de dura.
Restos de un alud.
Muchas huellas del finde porque yo ni araño la nieve...
Llego al bosque que me tiemblan hasta los empastes de ir revotando en las huella de la gente que la gozó el fin de semana. Y mientras recojo todo para bajar por el bosque, llegan las dos primeras almas que he visto en todo el día.
Perreando los últimos metros esquiables.
Cruzo unas palabras con ellos, vienen del Garmo Negro y comentan lo mismo, que en la pala cimera lo mejor con algo de polvo rico, el resto imposible de gozar.
Ya en el parking.
Un día de sol como ya tenía ganas de pillar, lástima del estado de la nieve, habrá que esperar a que nieve para poder volver a gozar. Parece mentira que hace solo unos días estuviese flotando por el mayor paquete de nieve polvo sobre el que e esquiado yo nunca en el Puente del Ruso. Así es nuestro querido Pirineo. Una jornada larga.
